sábado, 14 de mayo de 2016

TO ER MUNDO E DOCTÓ

Probablemente no seré la única que haya vivido situaciones similares a la que a continuación voy a exponer, y quizás la insistencia en alertar sobre ellas nos lleve precisamente a evitarlas.

Me encontraba en la oficina, inmersa entre papeles y más papeles, intentando, como tantos otros, satisfacer al cliente de turno y con ello, engordar mi propio ego a resultas de un trabajo bien hecho.

No trabajo sola. En mi misma sala, 3 mesas más, cada una de ellas con sus respectivos papeles, aparatos informáticos y  detrás de todo ello, apenas sin poder ser vistas, las cabecitas de las personas encargadas de tirar “palante” el “negocio”.

Era un día frenético, como cualquier otro, con problemas, saltando obstáculos, dando lo mejor de nosotros mismos. Elena no se encontraba bien.

NURIA: Elena, estás pálida. Te encuentras bien?
ELENA: Tengo bastante dolor de cabeza y me noto algo mareada. Es como si la cabeza me fuera a estallar.
NURIA: Será migraña. No te preocupes. A mí se me pasan tomándome el medicamento X. Ten, tómate uno y ya verás, al poco rato….como nueva.
ELENA: Acostumbro a tomarme el medicamento Z. Es el único que me va bien.
NURIA: Prueba el X, de verdad. Luego me lo agradecerás.


Maldito el día en que a Nuria se le antojó ejercer de médico. Elena siguió su recomendación. Acto seguido empezó la urticaria, hinchazón en la cara, ampollas, problemas al respirar, mirada perdida, náuseas, etc.

Ingresada de urgencias, le diagnosticaron alergia al componente H del medicamento X. Por fortuna, no hubo secuelas y todo quedó en un susto.

RUEGO:

Librarnos de todo aquel que receta sin ser médico y librarnos también de todo médico que receta sin saber. AMÉN


Cuca Puigdollers

2 comentarios:

  1. 😍😍😍😍😍

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  2. Me parece muy acertado. Todo el mundo opina y todo el mundo es médico. La ignorancia es muy atrevida

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