Probablemente no seré la única que haya vivido situaciones similares a
la que a continuación voy a exponer, y quizás la insistencia en alertar sobre
ellas nos lleve precisamente a evitarlas.
Me encontraba en la oficina, inmersa entre papeles y más papeles,
intentando, como tantos otros, satisfacer al cliente de turno y con ello,
engordar mi propio ego a resultas de un trabajo bien hecho.
No trabajo sola. En mi misma sala, 3 mesas más, cada una de ellas con
sus respectivos papeles, aparatos informáticos y detrás de todo ello, apenas sin poder ser
vistas, las cabecitas de las personas encargadas de tirar “palante” el “negocio”.
Era un día frenético, como cualquier otro, con problemas, saltando
obstáculos, dando lo mejor de nosotros mismos. Elena no se encontraba bien.
NURIA: Elena,
estás pálida. Te encuentras bien?
ELENA: Tengo bastante dolor de cabeza y me noto algo mareada. Es como
si la cabeza me fuera a estallar.
NURIA: Será
migraña. No te preocupes. A mí se me pasan tomándome el medicamento X. Ten,
tómate uno y ya verás, al poco rato….como nueva.
ELENA: Acostumbro a tomarme el medicamento Z. Es el único que me va
bien.
NURIA: Prueba el
X, de verdad. Luego me lo agradecerás.
Maldito el día en que a Nuria se le antojó ejercer de médico. Elena siguió su recomendación. Acto seguido empezó la urticaria, hinchazón en la cara, ampollas, problemas al respirar, mirada perdida, náuseas, etc.
Ingresada de urgencias, le diagnosticaron alergia al componente H del medicamento X. Por fortuna, no hubo secuelas y todo quedó en un susto.
RUEGO:
Librarnos de todo aquel que
receta sin ser médico y librarnos también de todo médico que receta sin saber.
AMÉN
Cuca Puigdollers
😍😍😍😍😍
ResponderEliminarMe parece muy acertado. Todo el mundo opina y todo el mundo es médico. La ignorancia es muy atrevida
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